ABRAZOS Y MÁS ABRAZOS

Durante la Navidad muchas familias han tenido la oportunidad de pasar unos días juntos y, como además ha llovido mucho, han estado juntitos, muy juntitos. Y todos vuelven sonrientes y tranquilos, los padres y los niños.

Esto nos hace reflexionar - de nuevo- sobre el ritmo que llevamos y lo que vamos olvidando por el camino a lo largo de los días apresurados y llenos. Nos olvidamos de tocarnos, de abrazarnos, besarnos. Parece mentira, pero es real, muchos de nosotros pasamos por las semanas corriendo y estamos más atentos al exterior que a nosotros mismos y, por extnsión a nuestra familia, a nuestros hijos.

En nuestra escuela, cuando un niño está pasando una temporada más nerviosa e iritable, una de las cuestiones que nos hacemos junto con las familias es si este niño no estará siendo menos abrazado, acariciado, sostenido en brazos y besado de lo habitual. Y muchas veces ocurre que sí, que la familia está viviendo un momento más estresante y, cuando lo analizan un poco más, muchas veces se dan cuenta de que llevan unos días sin tomar a sus hijos en brazos, o sin abrazarlos, sin jugar con ellos cuerpo a cuerpo.

Casi siempre, los niños nos comunican algo que tiene que ver también con nosotros y muchas veces un periodo difícil para dormir, comer o relajarse, se soluciona con volver a abrazarnos.

Es muy importante que los niños sientan el contacto de sus padres, la cercanía física. Tengan la edad que tengan, pero especialemnte en la primera infancia es imprescindible que llevemos a nuestros hijos en brazos, que los sentemos en nuestras rodillas si ya tienen adquirida esta posición, que duerman en nuestro regazo.

No nos gusta dar listas o consejos contabilizables, pero, por ejemplo, en bebés pequeñitos es muy importante que no estén en brazos de sus padres menos de 4 horas al día. Y esto es un mínimo minimísimo, menos de ese tiempo es intolerable para ellos y debería serlo también para nosotros como padres.

Desde LaLibélula aconsejamos olvidarnos un poco de los carritos y sillitas, de las hamacas y asientos especiales para niños y bebés y llevar a nuestros hijos bien pegaditos cuando hemos de transportarlos. Es la mejor forma de poder hacerlo todo, de que ellos estén felices y lo pasen en grande y de que no haya imprevistos por desatención. Pero además es beneficioso para el desarrollo correcto de los niños, para que concilien el sueño sin problemas, para que coman con apetito y para que contraigan menos enfermedades.

Es fácil llevar a un bebé recién nacido pegadito a nosotros en un fular, pero también lo es llevar a niños de hasta 4 años; podemos utilizar miles de formas y ayudas. A nosotros nos encanta el Mei-Tai, a partir de cierta edad (1 año y medio...) podemos llevar a los niños a la espalda y si el Mei es de buena calidad casi no notamos el peso, tenemos toda la libertad para movernos, ellos están protegidos y lo pasan fenomenal.

No hay que olvidar el movimiento libre en un espacio adecuado, pero también deb haber momentos de contacto físico total. Y, si no estamos en contacto,desde luego que no estén nunca amarrados en difcultosos, caros e innecesarios artilugios.

Así que, desde LaLibélula, os animamos a empezar el año en brazos y con abrazos.Un fuerte abrazo par ti que nos lees.

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2 comentarios:

  1. Hola,
    He encontrado vuestro blog por casualidad!
    Aqui os dejo un link a un video que hicimos para promocionar el porteo. Espero que os guste.

    http://www.facebook.com/teoyleo?v=app_2392950137#!/video/video.php?v=164099683629712

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  2. Muy bueno y estoy totalmente de acuerdo. Un abrazo, tengo ganas de que Álvaro empiece. Marta, Jesús y Álvaro.

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